botes de arrastre

Gracias a sus cascos (o bases) redondos de desplazamiento y sus motores chicos y de bajo consumo, los botes de arrastre navegan, en todo su trayecto, a un ritmo sereno; a menudo a una velocidad de tan sólo 10 o 15 mph. Lo cual está bien, puesto que normalmente, los propietarios de los botes de arrastre no experimentan prisa alguna. Por el contrario, saben que lo importante no es sólo llegar al destino, sino disfrutar del camino. Los botes de arrastre cuentan con espacio más que suficiente, desde el amplio salón en la cubierta principal hasta los múltiples camarotes debajo. La cubierta de popa abierta permite a los pasajeros salir de sus refugios para disfrutar de la luz del sol. En la parte inferior se localizan todos los servicios de una casa común: compartimentos con camas, un compartimiento con inodoro y ducha y una cocina.